Las palabras son cajas que sirven para ordenar los pensamientos con el fin de presentarlos mejor a los otros y dejarlos claros. Por ejemplo, los días que tienes ganas de darte de puñetazos contra todo lo que se mueve, puedes limitarte a poner mala cara. Pero así es posible que los demás piensen que estás enfermo o triste. Mientras que si dices, de manera verbal: "¡Hoy, no me jodas, que no es mi día!", evitas las confusiones.
'Tardes con Margueritte' (Fragmento) - Marie-Sabine Roger.-
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