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domingo, 11 de febrero de 2024

 Ese canto resonante

de Cuerpo

esa expectoración primera

inicialmente contenida

bufido o eructo desarticulado

Ese pujar vocal

Estertor físico del soy que se busca

Y esa primera abolición del ser en la palabra inicial

Ah voz en ahogo

violencia y voluptuosidad cercada

Ah tránsito de ser a mí

Ah gorgojeo

                  rasgadura de garganta

ruido

                  pobladura de lo vasto

Eco

Inserción de lo inmenso en lo breve

Imagen

Consecución

Y esto: lo que puedo decir desde mí mismo

hoy

ahora que he aprendido a articular mi discurso

Esto, para decir:

Oh escena terrible para espectáculo

Oh espantosa contemplación de lo solo

No calma desde esta calma

No suficiente sin sentido desde esta ausencia

Desierto y ruina

                  –y decirlo se torna ridículo–

Ah, mira la contorsión del cuerpo, la siempre en oposición

Pero me contorsiono

y profiero

sólo yo puedo hacerlo

desde lo que me cerca y me abre

Ah canto siempre devuelto

Siempre no nacido todavía o a destiempo

Tajada, sí…

Y muero por lo vasto que cercena

como los dioses mueren por la nada y se levantan

contra ese soy que en extensión cubre

¿Lo signo, lo fijo, lo canto?

lo dilatado ineludible?

Lo canto, lo signo

porque también habita en mí el deseo de su posibilidad

en franca oposición a lo permanente

en rechazo al borde demasiado preciso

y a la costumbre de esta piel

en distancia de mi propio cuerpo

hacia la instauración de lo breve

por atracción a la ausencia

                                 erguido el canto en regreso al soy



"Atracción de lo vasto", Hanni Ossot de Espacios de ausencia y de luz (1982).

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