Entonces, en ese momento me pasaba eso, quiero decir, era poeta, hacía música, estaba rodeado de pintores y quería hacer teatro. (...) Y ahí se me apareció por primera vez un fenómeno que mantuve hasta el día de hoy, que es la dispersión. O sea, cualquier sociedad condena la dispersión, la educación condena a la dispersión. Pero yo quería ser disperso. Dejar una cosa y entrar en otra, y entrar en otra, y entrar en otra.
Alberto Muñoz (entrevista, 15 de julio de 2009).-
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